En el corazón del norte de Guatemala, la Organización de Trabajadores por la Resistencia y la Autonomía (OTRA), impulsa procesos de transformación social desde las comunidades.
Esta cooperativa reúne a mujeres y hombres con diversas experiencias organizativas, laborales y políticas. Su misión es clara: desmantelar estructuras de discriminación, opresión y exclusión mediante la educación, la investigación y la comunicación alternativa.
Desde la base comunitaria, OTRA —en alianza y coordinación con comunidades y organizaciones sociales—, promueve el Buen Vivir como horizonte colectivo.
En este artículo te compartimos el proyecto: “Fortalecimiento de los huertos y mercados campesinos de Mujeres de Petén” (2022-2024), desarrollada por OTRA con el apoyo de FCAM Foundation.

El proyecto fortalece la producción y comercialización de alimentos y plantas medicinales, realizada por mujeres campesinas e indígenas.
A través de la formación, la articulación de redes y la incidencia política, estas mujeres construyen soluciones locales con impacto global.
Basada en la agricultura ancestral maya, la iniciativa demuestra que el fortalecimiento de las comunidades locales, impacta en la generación de renta, en la reducción de la desigualdad, en la seguridad alimentaria y nutricional, en la preservación de patrimonio biocultural, y en la mitigación y adaptación al cambio climático.

Petén es el departamento más extenso de Guatemala y está ubicado en el norte del país, fronterizo con México y Belice.
Allí se encuentran la Reserva de la Biósfera Maya y diversas áreas protegidas con una gran riqueza natural y cultural reconocidas por la UNESCO.
Avance de los monocultivos y pérdida de biodiversidad
La región enfrenta una creciente expansión de monocultivos agroindustriales, especialmente de palma aceitera.
Uno de los municipios más afectados es Sayaxché, donde se concentra el 87% del total de la palma cultivada en el departamento.
A pesar de los discursos que promueven la producción sostenible, el Consejo Nacional de Áreas Protegidas de Guatemala reconoce que este tipo de cultivo “constituye una fuerte amenaza a la biodiversidad y un riesgo ambiental inminente para las áreas protegidas” (Consejo Nacional de Áreas Protegidas de Guatemala, 2013, p. 8).
Junto con la industria ganadera y la extracción de petróleo, estas actividades han provocado una deforestación masiva de los bosques nativos.
En 2019, Petén figuró como una de las áreas más críticas de degradación forestal a nivel mundial, según un mapeo realizado por la NASA (Plaza Pública, 2023).
Impactos sociales y violaciones a los derechos humanos
Además, se han producido ventas de tierras bajo engaño a precios muy bajos, desalojos forzados y violentos, contaminación ambiental, desvío de ríos utilizados para el abastecimiento de agua, y la criminalización y persecución de líderes y lideresas comunitarias.
Una de las poblaciones más afectadas son las mujeres, quienes enfrentan las consecuencias más severas de la falta de agua y salubridad, así como el aumento de la violencia de género.
Según la Secretaría contra la Violencia Sexual Explotación y Trata de Personas de Guatemala (2022), los municipios ubicados en la franja norte y centro del país son los que registran las tasas más altas de violaciones hacia mujeres y niñas.
Una de las causas del aumento de la violencia ha sido la instalación estratégica de cantinas para la venta de bebidas alcohólicas por parte de trabajadores de alto rango y socios de las empresas agroindustriales, lo que ha contribuido al crecimiento del alcoholismo y la drogadicción entre jóvenes y adultos.
Desigualdad en el acceso a la tierra
Las mujeres también tienen acceso limitado a la tierra y reciben escaso apoyo por parte de los gobiernos locales para fortalecer la agricultura y el comercio campesino (Prensa Comunitaria Kilómetro 169, 2023).
Con datos desactualizados, el Fondo de Tierras divulgó que, entre 1998 y 2014, solamente 2,225 mujeres (10.7%) recibieron incentivos estatales para la compra de fincas, en comparación con 18,438 hombres (89.3%) (Entremundos, s.f.).

Frente a este contexto, grupos de mujeres indígenas y mestizas de comunidades en Laguna del Tigre y la Sierra del Lacandón, se organizaron para fortalecer sus prácticas productivas ancestrales y la preservación ambiental, garantizar la seguridad alimentaria y nutricional, y promover su autonomía económica.
Estas mujeres siembran y cosechan plantas alimenticias y medicinales orgánicas para consumo propio y venta.
Para superar las dificultades de acceso a recursos, producen en sus propios espacios y en terrenos alquilados, recurriendo al rescate y trueque de semillas nativas y criollas.
El financiamiento se garantiza mediante prácticas de ahorro y crédito comunitario, y la comercialización se lleva a cabo a través de la estructuración de mercados campesinos.
Además, sus conocimientos, semillas y prácticas productivas constituyen una importante contribución a la adaptación al cambio climático, desde la perspectiva de la reforestación, con cultivos más resistentes que no degradan el medioambiente.
También aportan a la promoción de una alimentación diversificada y saludable, aspectos esenciales para enfrentar el aumento de las sequías y las lluvias extremas.

La Cooperativa OTRA realizó un diagnóstico para identificar las principales demandas de los grupos organizados de mujeres de Petén.
El objetivo fue fortalecer su trabajo y ampliar los resultados, con enfoque en la autonomía financiera, la seguridad alimentaria y la conservación ambiental basada en la agricultura ancestral maya.
A partir del diagnóstico, OTRA desarrolló 4 ejes de acción:
Aportes a la adaptación y mitigación:
Diagnóstico y formación comunitaria:
Reflexiones de las lideresas:
“Con el cambio climático, las personas que no tenemos recursos económicos suficientes, hemos sufrido en cuestión de que la producción no es igual que antes… Llovía bastante, en cambio ahora ni sabemos cuándo va a llover, o sea, el tiempo no es normal”. Lideresa comunitaria de Las Cruces.
“Estuve en una investigación que hizo la REDSAG, sobre los transgénicos aquí en Petén… nos contaban los campesinos, que ellos estaban muy seguros de sembrar maíz criollo por muchos años, pero a la par de su siembra, había una gran extensión de maíz transgénico… Nosotras hacíamos la observación si estaban seguras de tener maíz criollo… Si yo siembro maíz en mi parcela, pero a la par hay una finca que está sembrando gran cantidad de maíz amarillo transgénico, el maíz se poliniza… va a estar contaminado, por eso es que nosotros estamos en la lucha de la protección al maíz”. Lideresa comunitaria de Las Cruces.
“Mientras nos fuimos capacitando, hubo mujeres que fuimos tomando decisiones al identificar los tipos de violencia. (…) Yo veo mucha explotación laboral, hay muchas mujeres trabajando en las plataneras, palmeras o sandilleras. Es un trabajo muy arduo y cansado para las mujeres. Siempre sufrimos explotación laboral y racismo, nos obligan a trabajar más, hacer fuerza, levantar grandes cantidades.” Lideresa comunitaria de Las Cruces.
Desarrollo y transformación del mercado local
“Para mí la metodología de ahorro y crédito comunitario es una buena estrategia de trabajo para que las mujeres de mi comunidad nos organicemos y nos animemos a participar, tanto en los talleres que ha implementado la Otra Cooperativa con nosotras como grupo, como en los espacios de intercambios de experiencias o alianzas que a veces se realizan. De igual manera recalcar que también nos empoderamos como mujeres tanto de nuestros derechos como de nuestra autonomía económica”. Integrante del Comité de Mujeres K’at de Cooperativa Nuevo Horizonte.
Este proyecto demuestra que la resistencia comunitaria y la agroecología son claves para enfrentar el cambio climático.
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Descarga:
“Pequeñas inversiones con grandes impactos”, publicación de donde extrajimos el estudio de caso del proyecto “Fortalecimiento de los huertos y mercados campesinos de Mujeres de Petén”.